El músico Manuel María Ponce


Un México profundo y sinfónico


La Orquesta Sinfónica de Córdoba toca el Concierto para violín, del mexicano Manuel María Ponce Cuellar, con la participación de Ricardo Hamaury Gómez Gómez, solista nacido en Monterrey -México-, y la dirección de Stephen Heyde -Estados Unidos-. El concierto es este viernes 17, a las 20, en la Sala de las Américas, Ciudad Universitaria, y la entrada es libre gratuita.


Concierto para violín, primer movimiento

Padre del nacionalismo musical
Es el duodécimo hijo de una familia de trabajadores. Manuel María Ponce Cuellar nace el 8 de diciembre de 1882 en Fresnillo, pueblo minero, y muere el 24 de abril de 1948 en Ciudad de México.

En cerca diez años traza las líneas fundamentales de su formación musical. En 1900 viaja a Ciudad de México, y toma clases particulares. Luego ingresa en el Conservatorio Nacional de Música, en 1901, donde permanece hasta 1903. Al año siguiente, estudia cursos superiores en la Escuela de Música de Bolonia, en Italia. Posteriormente viaja a Alemania, donde reside entre 1906 y 1908, estudia piano con el maestro Martin Krause, discípulo del pianista Franz Liszt. En México se dedica a la enseñanza, a la composición y a dar conciertos. Dirige la Orquesta Sinfónica de México, entre 1918 y 1920.


Considerado el forjador del nacionalismo musical mexicano, la obra de Manuel María Ponce Cuellar está inspirada en motivos populares. El destacado musicólogo francés Marc Pincherle conoce a Manuel María Ponce en París, y dice de él: “Fue un folclorista intuitivo y paciente, fue el primero en recoger la música popular de su país, que ha estilizado con fidelidad". 

Legado de siglos
El periodista y escritor argentino Blas Matamoro, dice que “la historia de la música clásica mexicana integra un extraordinario patrimonio cultural y sonoro, cuya raíz se forma en la época barroca”. Agrega que “durante el periodo virreinal, la Ciudad de México, Puebla y Oaxaca recibieron el legado renacentista y lo enriquecieron con los ritmos y cadencias locales”. Matamoro concluye en que “la segunda edad de oro de la música culta mexicana llega con el siglo XX”.

De acuerdo autor, la música escrita mexicana puede interpretarse de acuerdo a compositores de música barroca, siglos XVI y XVII, entre los que cabe mencionar a Pedro de Gante, Juan Xuárez, Hernando Franco, Juan de Lienas, Pedro Bermúdez, Bernardo de Peralta y Escudero, Juan Gutiérrez de Padilla, Francisco López Capillas, Miguel Matheo de Dallo y Lana, Juan Navarro, Antonio de Salazar, Ignacio de Jerusalem y Stella, Matheo Tollis de la Roca, José de Torres, José Aldana, Manuel Arenzana, Manuel de Sumaya.

Según el mismo autor, siguen los compositores de música clásica del siglo XVIII, con los nombres destacados de Ignacio de Jerusalem y Stella (Ignazio Gerusalemme), José Manuel Aldana.

Luego siguen los compositores románticos: Luis Baca, Ricardo Castro Herrera, Ernesto Elorduy, Melesio Morales, Aniceto Ortega de Villar, Juventino Rosas, Felipe Villanueva.

Y finalmente los compositores del siglo XX, entre los que ubica a Manuel María Montes, además de: Miguel Bernal Jiménez, Julián Carrillo, Daniel Catán, Carlos Chávez, Manuel Enríquez, Julio Estrada, Blas Galindo Dimas, Daniel Ayala Pérez, Salvador Contreras, José Pablo Moncayo, Hermilio Hernández, Luis Herrera de la Fuente, Candelario Huízar, Federico Ibarra, Eduardo Mata, Estanislao Mejía Castro, Samuel Conlon Nancarrow (mexicano de origen estadounidense), Francisco Núñez Montes, Gabriela Ortiz, Rodolfo Halffter (español nacionalizado mexicano), José F. Vásquez, y Silvestre Revueltas.

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