El Museu de la Música de Barcelona se dedica a la conservación, restauración y estudio de instrumentos musicales. El museo decidió grabar algunas obras de diferentes épocas, con guitarras de cada período, con el fin de ofrecer al público la calidad musical de su colección de guitarras.

El sonido de un museo
'La Guitarra dels Lleons', Xavier Díaz-Latorre, guitarra. Pedro Estevan, percusión.
Luis Gordillo Navarro –Docenotas.com

En la búsqueda de recuperar el sonido original del instrumento se prima la conservación de todas sus partes, de las que se obtienen valiosísimas informaciones para el estudio de los materiales, la construcción y la interpretación.

De entre la excelente colección de noventa guitarras que conserva el Museu de la Música se han seleccionado cuatro de ellas, teniendo en cuenta su interés histórico y su calidad sonora. La verdad es que en ambas la elección es de aplaudir.

La que da nombre al disco es la Guitarra de los Leones, una guitarra barroca de cinco órdenes de cuerdas dobles construida alrededor de 1700. Debe su nombre a los dos leones enfrentados que decoran la tapa del instrumento. Al presentar muchas marcas de haber sido utilizada como instrumento para rasguear, posiblemente como acompañamiento de voz y danza, se ha elegido para interpretar un repertorio de danzas de Gaspar Sanz y Santiago de Murcia. Destacan de este instrumento la calidad de los armónicos que emite y la gran duración de los sonidos.



Otro de los instrumentos estrella de la colección del Museu y que aquí se nos presentan es una guitarra de Antonio de Torres, construida en 1859 y perteneciente a la colección de Miquel Llobet. Ambas figuras, constructor e intérprete, son claves en la historia de la guitarra de los siglos XIX y XX. El instrumento se ha conservado en bastante buen estado aunque presenta unas grietas ya presentes cuando Llobet la poseía. El intérprete estaba tan cautivado por su sonido que nunca quiso arreglarlas. Hoy en día se conoce el método para poder arreglar las grietas y mejorar el sonido del instrumento, pero por respeto a la decisión de Llobet no se ha intervenido. El repertorio que se ha elegido para interpretar con esta guitarra son dos piezas de la Suite española Isaac Albéniz que sirven de apertura al disco: Asturias (leyenda) y Cádiz, en transcripción de Andrés Segovia y Manuel Barrueco, respectivamente.

Completan la selección una guitarra barroca de cinco órdenes dobles, construida en Italia en torno a 1700 con la que se interpreta Mariona, una pieza que Francesc Guerau incluye en su Poema harmónico y una guitarra de 1806, construida en Cádiz por Josef Pagés. Esta última corresponde a una etapa de transición en la construcción de guitarra, para la que se eligió un sistema de varetaje de la tabla armónica en abanico; rasgo diferenciador de la escuela andaluza. Se interpretan con ella las Variaciones sobre un tema de La Flauta Mágica y la Introducción, tema y variaciones de Marlborough, ambas de Fernando Sor. La calidad del sonido de este ejemplar es claramente manifiesta, destacable especialmente en la elocuencia de los sonidos cortos y en el empaste global de las armonías.


Es notable también la interpretación de este repertorio por el experimentado Xavier Díaz-Latorre que ha elegido los criterios interpretativos que mejor se corresponden con las peculiaridades de cada instrumento y no dejándose influir por las necesidades estéticas que un intérprete de la época actual busca en una guitarra, como son el nivel de volumen y la posibilidad de ejecutar grandes contrastes dinámicos. Lo que diferencia a estas guitarras y lo que las ha llevado a ser conservadas durante años en colecciones privadas y ahora en el Museu de la Música no es otra cosa que su fuerte poder comunicativo, particularidad que ha quedado definitivamente demostrada en este excelente proyecto discográfico.


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